Primavera inversa

No me siento impaciente ni ansiosa, y he atesorado mi secreto, tal como guardo mis verdades más preciadas. Es que tengo un problema: me aterra tocarte. Lo siento tan íntimo, está por sobre todas mis dobles intenciones. Sé que jamás podría confiar tanto en alguien, pero es justamente lo que deseo.

¡Qué afortunada eres!

Pero ahora, ¿qué quedará para mí?

Aún si no tengo prisa, no sé hasta qué punto puedo vivir de ilusiones. Me pregunto si llegará el día en que duermas entre mis brazos...

Comentarios