Celos
Nada me pertenece de ti, no existe la obligación, ni hay espacio para la seriedad, incluso si te quiero y te lo digo, cuando ocasionalmente siento que en realidad la necesidad de tu existencia me supera, y el sonido de tu voz se me aparece cuando menos quiero, cuando ni siquiera lo espero. Podría hablarte sobre todo, podría abrirte mis puertas, dejarme querer como una verdadera amiga, buscarte como lo que realmente deseo, ser un poco más sincera conmigo misma y jugar a algo más seguro, o quejarme un poco más. La sensación del primer día sigue intacta, el mismo miedo, la inseguridad de besarte, las ganas de tocarte un poco más, todos los secretos que tenemos y que nos tenemos, junto a todas las veces en que te he dicho que no. Siento una admiración ilusoria, siento ganas de amarte, el impulso de verte y recordar los detalles de cada uno de tus gestos. Me precipito y trato de conocer cada uno de tus pensamientos, y luchar contra ellos para finalmente ceder. Quier