Histología

Me dan ganas de decirte que te amo, por la costumbre de abrazarte y buscar tu corazón. Aunque no lo haga, o no lo pueda admitir aún, porque todo se asemeja más a un sueño muy largo. El amor siempre me ha parecido algo así como un líquido inmiscible al color rosa que cubre todo. Todavía no. Y no puedo decírtelo, más que nada porque no sabría explicarlo. Es como tragarse las mariposas. No sé realmente si se note, ni tampoco me esfuerzo por ocultarlo. Por eso es que siempre que puedo, suelto alguna frase que solo los dos podamos entender.
O sea que, más o menos, estoy jodida y radiante. No puedo asegurar nada, han pasado cosas bonitas, he compartido abrazos inesperados y he corrido a contártelo. Te doy un beso cada vez que creo que no nos ve nadie, mi día se acaba una vez que nos despedimos.
Valparaíso se ve colorido, al igual que todo lo que recuerdo. La inseguridad desaparece cada vez que hablamos, porque siento que puedo confiarte mis verdaderos pensamientos. Siempre hay algún momento en que podemos conversar juntos sobre todo lo que no comprendo, me siento en la libertad de no tener que convencerte.
Y es por eso que somos amigos, porque digo que somos mejores amigos, porque te dije la verdad sobre por qué hice lo que hice, y no me arrepiento de conocer un poco más,
y porque todavía queda mucho que estudiar, sabes.
Cada vez son más las cosas que quiero hacer
contigo.


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