¿Vas a volver pronto?

Te pienso en idiomas para que no te des cuenta. Todo me duele mucho.

La vida es injusta porque no te sé querer y te cuestiono. No te has portado bien. Mi corazón no sabe comprenderte y no me va a bastar. Una a una, recoges a tu lado las luces que me encandilan y me resigno sin quererte. A ver si es un castigo y a ver si así te detienes.

¿Me mirarías a los ojos y seguirías convencido? Y ahí está que lo dudo. Me parece mal. Estás equivocado.

Es injusto y no puedo ser feliz solo porque podría ser peor. Lo quiero todo, y algún día dejaré de quererlo.

Te llevas algo que amo solo para enseñarme cómo ser fuerte, pero lo dudo. No estoy lista. Soy frágil y pequeña también, y no quiero sufrir. Me duele existir y sé que no es lo peor. Morir es tan fácil, pero yo sigo aquí sintiéndome muy triste. Con todo lo que puedo cambiar, porque sé que aún hay tiempo, regresas a recordarme que es muy poco.

Pero yo no soy así, ni estoy hecha para lograr grandes cosas. Observo desde lejos y por eso te odio.

No me he portado bien contigo y no entiendo por qué me sigues dando oportunidades. No le daría mi vida a nadie. Pero te abrazaría con el amor que poseo por toda mi existencia si me permitieras entenderte un poco más. Solo no sé, y tengo la esperanza de que me parezca más justo todo esto de sentir y confiarte todo. Es diferente cuando se trata de mí.

Yo no quiero ser igual, porque sé que no voy a lograrlo. Me pesa mucho seguirte el ritmo. No estoy lista a pesar de que lo intente. Me iré de nuevo y te odiaré con más fuerza, solo para regresar y pedirte que pienses en ella.

No le pongas las cosas tan difíciles. Nos estamos esforzando mucho y no nos quedan tantas lágrimas. Si la única certeza que puedo ofrecerle es que seguiré intentando ser feliz, entonces espero que sea suficiente.