I purple you
Tengo muchas ideas y me cuesta trabajo ponerlas en orden. No hay espacio suficiente dentro de mi corazón, pero tampoco tengo la fortaleza para escoger solo algunas. Irónicamente, siento que me quedo vacía cada vez que lo intento. Le recriminé muchísimas veces lo mal que estaba logrando ser empático, pero quizás solo me dolía ver que lo intentaba cuando ya no se trataba de mí. He tenido que llorar muchísimo para que aprendieras algo (que jamás me hará feliz). No sé, ¿es egoísta lo que siento si es justo sentirlo?
Pero sigue mirándome con amor y queriéndome con ilusiones, y ya no lo merezco.
Es casi como una venganza.
Supongo que no me gusta sentir que alguien tiene tanto poder sobre mí. Soy toda emociones y me siento sobrepasada. No necesito nada de esto, y la verdad es que ya tengo suficientes cosas por las que preocuparme, pero sigue sin ser la razón real por la que me niego a continuar, fingiendo calma. Me duele porque he querido ser sincera, pero a nadie le basta. Nunca tienen suficiente de mí. A veces, logran hacerlo parecer un halago. Me he culpado muchas veces por no saber ser feliz, pero creo que he hecho las cosas bien y he sido un ser humano decente. Entonces recobro mi temple, sintiéndome traicionada.
Todas las historias sobre estrellitas, realmente las creo. Las confidencias, desde lo mucho que me gusta la comida fría, hasta cuando revelo el color de mi infinita tristeza, todas son importantes. Cada una, por sí sola, es la más importante. Veo claramente a través de mis acciones y sé que no consigo demasiado. Me he quedado atrapada en la frivolidad de ser muy feliz. Pude guardar mejor mi secreto. Me esfuerzo porque no tengo alternativa mientras tenga fuerzas, pero esta vez creo que no las tengo.
Ya no sé nada.
No quiero ser arrogante, pero no necesito demasiadas razones para decir que no. No es tan difícil despedirse y dejarlo ir, como lo hacemos parecer. Genuinamente, no necesito que me insistan demasiado. Reacciono a toquecitos. No cambia en nada lo que siento, pero sí lo que deseo.
Pueden ser acciones o pueden ser palabras. A veces, me basta solo una.
Pero sigue mirándome con amor y queriéndome con ilusiones, y ya no lo merezco.
Es casi como una venganza.
Supongo que no me gusta sentir que alguien tiene tanto poder sobre mí. Soy toda emociones y me siento sobrepasada. No necesito nada de esto, y la verdad es que ya tengo suficientes cosas por las que preocuparme, pero sigue sin ser la razón real por la que me niego a continuar, fingiendo calma. Me duele porque he querido ser sincera, pero a nadie le basta. Nunca tienen suficiente de mí. A veces, logran hacerlo parecer un halago. Me he culpado muchas veces por no saber ser feliz, pero creo que he hecho las cosas bien y he sido un ser humano decente. Entonces recobro mi temple, sintiéndome traicionada.
Todas las historias sobre estrellitas, realmente las creo. Las confidencias, desde lo mucho que me gusta la comida fría, hasta cuando revelo el color de mi infinita tristeza, todas son importantes. Cada una, por sí sola, es la más importante. Veo claramente a través de mis acciones y sé que no consigo demasiado. Me he quedado atrapada en la frivolidad de ser muy feliz. Pude guardar mejor mi secreto. Me esfuerzo porque no tengo alternativa mientras tenga fuerzas, pero esta vez creo que no las tengo.
Ya no sé nada.
No quiero ser arrogante, pero no necesito demasiadas razones para decir que no. No es tan difícil despedirse y dejarlo ir, como lo hacemos parecer. Genuinamente, no necesito que me insistan demasiado. Reacciono a toquecitos. No cambia en nada lo que siento, pero sí lo que deseo.
Pueden ser acciones o pueden ser palabras. A veces, me basta solo una.
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