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Mostrando entradas de abril, 2018

El día en que termina el otoño

Está bien si no me la puedo. La historia de ser el sol y las estrellas está bien, también. Todo está bien y todo lo estará, de algún modo. No necesito probarle nada a nadie, y tampoco es necesario que me muera, si de pronto todo decide destruirse. Está bien si no me la puedo. No pasa nada. Esta es mi segunda oportunidad. He muerto, y poco a poco podría volver a vivir. Con paciencia y templanza, y con amor. Sí se puede. Me lo repito con frecuencia. Estoy haciendo todo mal, pero al final eso no es lo que importa. No se trata de lo que merezco o de lo que necesito. Es lo que es. No sé hasta qué punto consiga darme ánimos. No quiero hacerle daño, ¿cómo le digo que no me ame? Estoy aterrada. Siento que tengo el peso del universo sobre mis pestañas, y está bien si no lo puedo soportar. No sé si alguien podría. No me puedo exigir tanto. Me amo mucho y me odio un montón, y tengo mucho miedo y mucho frío. Estoy tan triste y tan enojada, ¿realmente tengo fe en algo? Si la

Interludio 1

Se me está inundando el corazón, y tengo mucho miedo. Siento el amor de mirar, con otros ojos, todas las cosas, por última vez. ¿Acaso es muy temprano para despedirme?

Cartas a Dios

Se me acabaron las lágrimas. Hay arañas en mis manos y debajo de mi lengua. No merezco sentirme bien. Al menos no estos días. Me siento inquieta y no tengo alternativa. Hay cosas que preferiría no haber visto, porque comparto la culpa al ocultar el secreto. Y me da miedo pensar en cómo va a descubrirse todo. Como todo lo que siento, es un secreto sobre otro. Admitir que solo sé mentir, y no saber ser feliz, no son excusas para hacerle daño a nadie. Mi poco amor propio y mi poco amor por los demás son la justificación que tengo ante mí misma. Ya lo he visto. No sé qué hacer. No me importa demasiado permanecer en la incertidumbre, pero quisiera poder olvidarlo. No tengo el valor para ver cómo todo se acaba por destruir. Se me derrite el alma, pero me gana el silencio. No tengo ganas de ser amada, esta vez. Espero morirme pronto.
Olor a dulces y agua mineral. Cada día me gusta-s menos. ¿Acaso soy idiota?

La distancia entre las medusas

Mi tristeza es una herida tan profunda que no sé transformarla en palabras. Me pierdo en el camino. Hay muchas cosas que he comprendido apenas. Me da mucha vergüenza admitir lo ilusa que soy, y a veces pienso que no tengo remedio. No sé bien si me desanima. Pareciera que preocuparme mucho por todo es parte de mis cualidades. Sentirme tan relevante podría ser el mayor de mis defectos. Me siento tan responsable por todo lo que me rodea. De algún modo, pienso que tengo el poder de cambiar el universo. Toda esta historia de ser una estrellita, me la creo por completo; Estoy convencida y quisiera que todos lo supieran. Quizás sobreestimo mis habilidades. Es que siempre puedo ser mejor, pero también sé que puedo conseguirlo. Admito que he querido ayudarte. No me gusta involucrarme demasiado, porque reconozco mi fragilidad y necesito protegerme. He querido salvar las distancias, pero jamás confiarías en mí de ese modo. Insisto en preocuparme por ti, porque me siento responsable de hacer
Quiero rendirme, pero aún tengo esperanzas, muchas esperanzas, ¡mil millones, un montón!