NO PUEDO CONTENER MI AMOR
Mi personalidad es un misterio repugnante. Mis delirios de bondad confunden incluso a quienes reconocen la desidia de mi carácter. Soy un monstruo poderoso con apariencia de todo a la vez. Y mi debilidad es tan evidente, que nadie jamás sospecharía la verdad.
Soy un centauro coronado con flores. Mi corona parece hacerlas florecer más que antes de arrancarlas. Estoy aquí para admirar la necrofilia que se siembra, para amar sin interferir, para regodearme por la cantidad de material existente. Y siempre he dejado que todo suceda, para no perderme nada, aunque lo pierda todo.
A veces me siento identificada con sus palabras. Siento que hablan de mí. De la buena y de la mala, y de la real, esa que no conocen. Y alimento mi ego con esa ilusión, aunque en realidad no me interesa mucho...
¿A qué quiero llegar?
Cada vez que me dedico a pensar en las falencias de lo que he construido, aparece tu rostro en mi mente. Y olvido por completo lo demás.
No sé muy bien si atribuirle el amor que siento por ti a tu maravillosa existencia, o a mi capacidad de notar cada pequeño detalle que me hace imposible evitar amarte. Así que son las dos cosas. Y de pronto, me convierto en alguien mejor. Y la vida se ilumina, y soy feliz para que seas feliz.
Solo quiero poder cantarte alguna canción, cada vez que comience a dudar de mí misma. Porque estoy completa, cada vez que puedo mirar tu rostro, tomar tu mano y decir cualquier cosa, y que sonrías por eso.
No puedo contener lo que siento. La vida me cuesta pero soy tan, tan feliz.
Te amo, pollito, y amo que me ames tanto.
Soy un centauro coronado con flores. Mi corona parece hacerlas florecer más que antes de arrancarlas. Estoy aquí para admirar la necrofilia que se siembra, para amar sin interferir, para regodearme por la cantidad de material existente. Y siempre he dejado que todo suceda, para no perderme nada, aunque lo pierda todo.
A veces me siento identificada con sus palabras. Siento que hablan de mí. De la buena y de la mala, y de la real, esa que no conocen. Y alimento mi ego con esa ilusión, aunque en realidad no me interesa mucho...
¿A qué quiero llegar?
Cada vez que me dedico a pensar en las falencias de lo que he construido, aparece tu rostro en mi mente. Y olvido por completo lo demás.
No sé muy bien si atribuirle el amor que siento por ti a tu maravillosa existencia, o a mi capacidad de notar cada pequeño detalle que me hace imposible evitar amarte. Así que son las dos cosas. Y de pronto, me convierto en alguien mejor. Y la vida se ilumina, y soy feliz para que seas feliz.
Solo quiero poder cantarte alguna canción, cada vez que comience a dudar de mí misma. Porque estoy completa, cada vez que puedo mirar tu rostro, tomar tu mano y decir cualquier cosa, y que sonrías por eso.
No puedo contener lo que siento. La vida me cuesta pero soy tan, tan feliz.
Te amo, pollito, y amo que me ames tanto.
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