Estábamos destinadas a encontrarnos

No sé lo que siento, es extraño, lo siento en la garganta.

Estoy enojada, estoy triste, me siento pasada a llevar, pero también me siento muy afortunada porque sé que tengo la suerte de poder ser muy feliz.

Es como mi destino ineludible.

Y aún así, ahora, estoy sintiendo que no me merezco estas cosas malas, que he tenido que esforzarme demasiado, que ha sido injusto y que jamás he tenido la oportunidad de equivocarme tanto como lo han hecho las personas conmigo.

Ni siquiera tengo la necesidad de perdonar a nadie, pero sigo creyéndoles porque soy ingenua, y vivo siendo positiva, y soy deliberadamente tonta, y me hace feliz sentir que lo estoy intentando; pero llegó este momento en que no puedo contenerme a mí misma, ni quiero ayuda, ni quiero que me entiendan ni sientan lástima.

Quiero mi amor de vuelta.

Quiero que me devuelvan el tiempo y las ganas, y toda esa fe que puse en ellos.

Y volver a ponerla dentro de mí.

¿No he esperado mucho, acaso?

Me estaré volviendo impaciente, estoy siendo imprudente, estoy siendo desconsiderada...

Pero a alguien tenía que sucederle,
que comenzara a pensar en lo que yo merezco,
un poquito más de lo que lo hago yo misma.

¿Será que por eso pasó todo, y entonces tiene sentido, y no necesito mi amor de vuelta?

Quizás es parte de la historia de estar destinada a ser feliz,
del destino ineludible,
de estar destinadas,
en algún momento,
en este mismo instante,
de encontrarnos.

Y encontrarle sentido a lo que no quiero.


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