El color violeta de la infinita tristeza
Mentiría si insinuara saber hacia dónde me dirijo. Siento vergüenza cada vez que recuerdo lo perdida que me siento, pero nada me hace sentir más viva que mi propio sufrimiento. Estoy, pese a todo, llena de esperanzas. Mi pequeño cuerpo contiene todo lo necesario. Mi sangre seguirá tibia y mi corazón logrará derretirse. Así, el hielo que mantiene mis pensamientos atrapados, se transformará en vapor junto a mi piel y junto a mis huesos. Persigo el amor que creo merecer. No creo en el destino. Soy la dueña de mi universo y de cada suceso injusto. Lo merezco todo. Y, en realidad, no estoy tan triste. Confío más en mi línea de la suerte que en la de la vida. Los colores de la masa se mezclan con mucha facilidad, luego de unos instantes en silencio. Aprendí a usar el horno y dije la verdad, varias veces. Ahora mismo no estoy tan triste. Mi amor y mi odio parecen pelearse la inexistencia. Estoy aquí, presenciando la victoria de algo que desconozco. Me...